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Pesimistas

Danke fürs Lesen.

domingo, 21 de abril de 2013

De fondo, el ruido urbano.

Sonido regular el de sus tacones negros,
Nueva York tiembla ante su paso 
al igual que yo tiemblo ante la vida.
Se dirige hacia ninguna parte con desdén,
ondeando su pelo castaño con majestuosidad.
Se detiene a mirar escaparates
pero solo contempla su reflejo con tristeza
y los abandona siguiendo su camino.
El tiempo no existe para ella
y cada vez es más adicta a la necesidad.

El carmín rojo se estira dibujando una sonrisa
y me hace un gesto de saludo,
bajo la cabeza y sonrío,
ya me ha vencido.

[...]

Mi habitación sabe a ella;
las paredes lo saben.
Apoyo mi espalda en el marco de la ventana y la observo.
Observo como la luz lunar realza su cara,
observo como las sábanas dibujan sus desnudas curvas,
el hipnótico sonido de su leve respirar hace que me embelese
y pierda la conciencia entre el latir de sus brazos
y su amargo sabor a esperanza.


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