So

So
Maybe

Pesimistas

Danke fürs Lesen.

miércoles, 12 de octubre de 2016

Libro

Prometí hacerlo bien.

¿Recuerdas esos veranos?
Llenos de rayos de sol y olor a ilusión...

Fueron 13 años viendo solo el azul de tus ojos,
pero el negro de los míos nunca fueron algo especial para ti.

Aun así el tiempo cambió de sentido y dirección
haciendo que algo te llamase la atención.

Mañanas de estudio juntos,
de cocinar sin saber que mierda íbamos a acabar haciendo.
Besos a escondidas, en la mitad de una calle oscura y fría.
Recuerdos grabados a fuego;
cara de bobo mientras te miro recién levantada de la cama
con el pelo enredado y tus manos frotando esos ojos enrojecidos y:
- Buenos días friki.

Algo hizo "click" en mi cabeza oscura,
algo que quería alejarte de mí para que fueses feliz
para que no sostuvieses el peso de mi mente torcida;
y así lo hice.

Te creé una falsa ilusión de distancia,
de miedo a separarnos,
de obsesión por mí.
Me distancié de tus tonterías durante la tarde,
de tus besos por la noche,
de la ilusión verdadera que teníamos
a la cual te aferraste con todas tus ganas.
Pero el verte reír a través de la luz que entraba por la ventana equilibraba la balanza.
Lo hacía créeme.
Pero aún así me fui marchitando.

Ahora eres feliz con una mente más equilibrada que te completa,
una mente que pasó la página que escribí en tu libro,
una página llena de corazones rotos y letras ilegibles.

-Oye, no soy el mismo. He cambiado desde que te fuiste odiándome. Se que no puedo hacer nada para volver a tenerte entre mis brazos. Se que ya no podré levantarte del sofá con un beso intenso. Se que nuestras charlas eternas y secretas no volverán a llenar la habitación. Se que ya no tendré miedo de tu padre. Tengo claro que te quiero, y que lo haré siempre; pero para tener ese derecho debo pedirte perdón todos los días de mi vida.
Mi libro sigue abierto esperando a que escribas la siguiente página, pequeña.


lunes, 30 de noviembre de 2015

Carta a una roca.

Aquí estoy de nuevo.
Intentando decirte con tinta
todo lo que no puedo decirte con sonidos.

Hace muy mal tiempo aquí, en mi habitación
y tengo tu vieja sudadera de The Rolling Stones puesta.
Ahora mismo estoy mirando las fotos de aquel día en la playa,
y bueno, echo de menos esa sensación de despreocupación,
de mirar la vida por un pequeño agujero, sin importar nada más.

Me parece curioso todo esto, ¿a ti no?
No se, estar escribiéndote ahora mismo
pudiendo decírtelo mientras intento mirarte
pero sabes lo tímido que he sido siempre.


¿Te acuerdas cuando nos dijeron que parecíamos pájaros en medio de un tornado?
Intentando salir de ese caos pero permanecíamos en él,
porque nos gustaba la sensación de velocidad y peligro.

Desde que nos separamos intento no pensar mucho en ti.
Me quema tanto no poder salir corriendo de sitios contigo,
no poder quejarme porque te echas demasiada colonia,
no poder reírme de tus tonterías,
no poder echarte fotos cuando estás dormido
y ver como te enfadabas porque salías fatal,
no poder, en general.

El hueco que hay en mi alma sigue reservado para ti,
me siento vacío y sin color.

Eras genial.

Ahora estoy con una chica, ¿sabes?
es rubia y tiene los ojos grises, creo que te gustaría.
Escucha tu música de aquel CD que me dejaste y dice que le gustaría conocerte
y, bueno, ella no sabe nada por supuesto.
Porque ella hace que sigas más vivo y presente en mí,
esa mirada de incredulidad que pone cuando le cuento todo lo que hacíamos en vacaciones de verano.
No soportaría verla mirar el mármol con tu nombre como yo lo hago
y sentarme al lado de esa roca fría y..
y llorar esperando a que me des uno de esos abrazos que asfixiaban.

Prefiero pensar que tu exceso de vitalidad fue lo que hizo que te fueras tan lejos;
y tan cerca a la vez.


Mis hijos conocerán tu historia
y verán nuestras fotos como las veo yo.
Sentirán el aire frío de la carretera en pleno Diciembre
y el calor sofocante de la arena desnuda.
Sabrán reírse de los problemas como tú me enseñaste,
conocerán la sensación de escuchar rock mientras miran cómo se apaga el horizonte
y sabrán ser felices como tú lo fuiste.

Corre más libre de lo nunca fuiste estés donde estés, querido amigo.



sábado, 17 de octubre de 2015

Está todo bien.

Sigo buscando la definición de cordura.

Mañana nublada y fría.
Algo de luz gris entra por la ventana
y el sonido del trafico llena mi habitación.

El café no me sabe a nada y no siento el viento cuando camino por el asfalto.

El horizonte me hipnotiza mientras un profesor habla sin parar,
yo me resigno a seguir mirando cómo la lluvia comienza a caer.

Tarde borrosa y monótona.

¿Dónde estás?

[...]

Te vi aquella madrugada sola,
en mitad de un pasillo oscuro confundida.
Buscabas algo que no recuerdo
pero mi timidez hizo que ni si quiera contestase a aquel "perdona, ¿me puedes ayudar a encontrar ...?

Quizá fue el verte demasiado sola y desubicada
lo que me hizo dar la vuelta para ayudarte.
Pero claro entonces vi esos ojos grises
y, por un segundo, desaparecí de este mundo. 

[...]

El primer beso me supo amargo y ácido
entre esos árboles desnudos por el otoño
y el sonido del pequeño riachuelo me recordaba a tus clases de violín.

Amaba los viajes a ninguna parte en coche;
sobretodo cuando te quedabas dormida escuchando a Ed Sheeran.
Despertarte con un beso frío en la mejilla y dejarte caminar torpemente
hacia la habitación del hotel mientras te veo con mi sudadera puesta.
Sonrío al ver lo grande que te queda, pero me gusta.
Me gusta que luego huela a ti.

Fundir nuestros cuerpos en un abrazo vertical y cálido
hasta convertirnos en algo que no puedo explicar. 
Recorrer cada palmo de tu cuerpo con los dedos 
de forma que ni siquiera te des cuenta.

Me podría pasar la vida entera viendo como duermes
y te mueves de forma aleatoria en la cama.

De nuevo nos tiramos a la carretera
con la curiosidad de ver donde nos lleva esta vez.

Te hago creer que me molesta,
pero me encanta cuando quitas la radio para poner tu canción favorita
mientras la cantas dando gritos.
-Canta fatal joder- Pienso mientras me río.

Llegamos a una casa en mitad de la nada,
solo hay árboles, un pequeño río y silencio.
"Te encantan esas cosas tan silenciosas y evasivas
pequeña ardilla" 

Tarareas alguna canción lenta mientras cocinas,
me acerco por detrás y te quito ese mechón rubio de la cara.
Te ríes mientras me regañas por no saber cocinar
pero tu piel no me deja escuchar nada de lo que dices.


[...]

Mañana nublada y fría.
Algo de luz gris entra por la ventana
y el sonido de tu respiración llena mi habitación.







sábado, 13 de diciembre de 2014

Kilómetros bajo cero.

Es triste que solo pueda tocarla de noche,
mientras duermo.
Verla en fotos duele,
escuchar su voz hipnótica a través de un altavoz oxidado por las lágrimas.

Desesperación e irrealismo en mis manos mientras sujeto un trozo de ti,
de tu dulzura incalculable, de tu acento, del sonido de la lluvia en tu ventana.

Prometerte el cielo estando en el infierno,
respirando el azufre que despide la distancia que nos separa.

Y es que al hablarte mis palabras lloran, 
mi mente vuelta y te abraza bajo las sábanas de verano,
el frío que siento se agudiza hasta dejarme entumecido
e ignorarte para cogerte con más ganas.

¿Por qué pusiste esa confianza en mí?
Por qué cuando estaba tan roto y tan frágil...

[...]


Canto esa canción que no existe pero que suena a tu alrededor,
cierro los ojos y me tapo con la agonía de tu voz risueña.

Ahora cuando llueve quiero...
más que nada quiero..

Quiero verte bailar,
quiero que te pongas mi ropa y mirarte,
mirarte mientras das vueltas con la sudadera que más te guste,
quiero fotografiarte mientras no haces nada,
llevarte a ninguna parte en el coche,
quiero narrar historias sobre tu cuerpo,
historias sin sentido que acaban borrándose cada noche,
y volver a empezar.


Quiero observar tu futuro, y cuando no mires pintarme a mí a tu lado.


Suena tan sencillo que molesta saber que no,
que las palabras se las lleva el viento
y que nunca podré respirar a tu lado y
compartir una mirada desconocida por primera vez.

Espero sentado en mi cama mirando tus fotos cientos de veces y terminar perdiéndole el sentido a todo.




jueves, 27 de noviembre de 2014

Habitación desordenada.

AAAG.
Me has dejado tirado en tu cuneta.

¿Desaparecer para siempre?
¿Quedarme para nunca?


Fumar como un condenado para..
para llenar mi pecho de algo que no seas tú.
Leer mil páginas de mi libro
en las que todas las palabras son tu nombre.
Mirarte con desprecio mientras lloro por dentro,
mientras grito por las manos.

Me araño,
me agobio,
salto,
sonrío,
me ahogo.

Pasar de respirarte, a necesitarte sin ganas.

[...]

Doy vueltas en la cama empapado en tu saliva,
en tu sudor, en tu olor y en tu completa indiferencia.

Me envuelvo en un enfado brutal,
porque todavía sonrío cuando te veo morderte el labio.

No quiero esperarte, de verdad que no quiero,
pero me es inevitable tener tu lado de la cama listo.

Y es que ahora tu música me sabe a soledad,
tu perfume me huele a quemado,
tu pelo me deslumbra tanto que hasta me molesta.

[...]

Airmax blancas, falda negra corta, camisa blanca y pelo recogido en una coleta.

Me saludas con la cabeza agachada y yo te respondo con voz ronca,
pensando en que todo lo que he imaginado y he hecho en mi habitación,
es una mentira que me estoy intentando creer al fin y al cabo.





martes, 4 de noviembre de 2014

Manual para desaparecer.

Lleno mi mochila de cosas que no tengo,
también incluyo recuerdos amargos y llenos del brillo de las sonrisas de los míos.

Irónico, ¿verdad?
Quiero desaparecer y romper con todo pero
aún así quiero recordar.

Me inyecto soledad y café en las venas.

Dudo en incluir un hueco para alguien pero..
¿para qué?,
las personas no están echas para mí,
ni yo para ellas.

Quemaré las caretas que me pongo ante cualquier situación,
pero de momento no, no puedo salir fuera conmigo mismo,
desnudo y sin saber que hacer ante situaciones superiores a mí.

Llevo mi cámara sin carrete,
para que las cosas que quiero que permanezcan
sean borradas inmediatamente.

El peso de aferrarme a alguien me puede,
no puedo desvanecerlo sin más,
que me deje de importar todo y confiar en mí;
no, no puedo.

[Silencio]

Abro la puerta para salir,
y sonrío cuando veo que fuera está mi habitación.
Al cabo de los días entiendo que huir no es la solución,
ni querer echar al fuego las preocupaciones,
ni morder a la piedra que me hace caer.

No esperéis que os dé una solución, porque no la tengo.

Triste, muy triste saber que a pesar de los esfuerzos,
nada tendrá sentido.
Alejarme de los que aparentan apreciarme para encontrar un calor que no quiero.


Es raro saber que estoy ahogado en un placer falso.


Así que tiro mis zapatillas al aire y espero tumbado en la cama a que  alguien me saque de aquí con una sonrisa falsa y un par de abrazos para ganarse mi aparente confianza.

Pero sé que algún día saldré de esta cúpula pisando fuerte porque:




lunes, 20 de octubre de 2014

Dibujando mi sombra.

Se aleja la realidad de mis oídos.

Pasar horas mirando el azul de mi habitación,
despertar para dormir y repetir la misma acción.
Camino entre la gente en dirección contraria
desenfocándolas con los pensamientos y convirtiendo todo en gris.

Le confieso al espejo que todo va mal y me doy la vuelta,
tener la solucion a escasos centímetros de mí pero parecen inmensos,
demasiado.

No poder ir a ninguna parte por méritos propios,
no ser autosuficiente sin mí,
no cambiar ni un ápice de mi mente por miedo a caer más,
y vuelvo a mirar la pared azul.

Rompí el botón "reset" de tanto usarlo,
memoricé como debería hacer mi día a día para no tener problemas.
Cada 24 horas, segundo a segundo 
y repetir, vuelta a la monótona realidad.

..Llegué a refugiarme en la falsedad.

[...]

Ahora doy mi brazo a torcer hasta partirlo,
muevo ficha después para perder,
alejo toda confianza ajena,
pinto mi cara y espero a que llueva para que pueda volver a ser yo,
dejo de respirar para suspirar,
cuento hasta 9 para pensar la respuesta sin ofender a los demás,
me doy la vuelta y camino hacia atrás.
me adapto a no ser nada ni nadie para mí mismo,
guardo los sentimientos y me los invento,
hago mi mundo más grande...

...pero más vacío.

[...]

Por la noche todo vuelve a sonar como antes,
vuelve a llover rayos de luz y decepción.

Elimino nombres de la lista,
de la que tengo tatuada en la sangre
y sigo buscando a la persona que encuentre la llave;
aún sabiendo quien la tenga.